Zort/Casa Babylon
A la una y media de la mañana, ya había perdido la noción del tiempo y del espacio. La causa, esta vez, no podía medirse en centímetros cúbicos. Fue nomás el regreso de Zort a los escenarios lo que alteró abcisas y ordenadas. Lo hizo mediante la música de Einstürzende Neubaten y Full Circle, dos volcanes de la fiebre experimental en Alemania. Y dejó la pista humeante para que Lex Dínamo arrancara los primeros aullidos. Sentí alivio al escuchar más voces humanas que ringtones, más superestructura que bases, más percusión que estribillos. El profumo di donna se hizo tan intenso que brindé por Gassman con un vodka frutado. Y me entregué al destino, ciego de cualquier cartografía, siguiendo esa pequeña huella que no vuelve más.
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