Paraíso Retro/Centro Cultural General Paz
Uy aquellas noches en el Círculo Italiano de Santa Rosa de Calamuchita, tan intensas como los bailes de cualquier ciudad pequeña del interior. Hasta La Vaca Echada arrugaba ante el impulso del Granero Beat. Puse el rewind porque el Centro Cultural General Paz parecía un club de pueblo en esa noche de sábado, con guirnaldas en el techo y tablones en el buffet. Dos pantallas gigantes marcaban la diferencia y hasta altas horas los rostros de la multitud apuntaron hacia las reliquias que por allí desfilaron. Entre otros, Milli Vanilli. Entre otros, Fine Young Cannibals. Entre otros, Abba. Eternos laureles a esos himnos. Y aquí vale aplicar la pausa. Congelar como juguitos las miradas. El pistear errabundo de ciertos tacos. Frenar la ilusión en el momento en que estalla. Espantar los vientos de cambio. Que todo siga ahí eternamente, como una Disneylandia sobre hielo, mientras tomo más impulso que otras cosas y agrando la grieta imaginaria del futuro para fugarme. Que si la juventud es un divino tesoro, la única salida es divinamente dilapidarla.
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