13 noviembre 2006

Oh glamour

Resulta que Nacha es promotora de una fiesta glam. El flyer indica que hay que portar un elemento glamoroso para poder asistir. Cuando llego, Nacha me muestra su detalle Versace y me pregunta qué he llevado yo. En ese momento, Gary Glitter está rasgando una muesca más en la pared de la cárcel de Vietnam, donde purga una pena por desposar a una menor. Marc Bolan viaja eternamente sentado en el asiento del acompañante, mientras su novia Gloria Jones, que conduce el auto, intenta esquivar un árbol. David Bowie mira las nuevas olas, porque el es parte del mar. La cámara de Nacha no me ha fotografiado en mi escape a la Fiesta Retro, destino final de toda glamitud. Freddy Mercury cumple quince años de muerto. Gene Simmons saca la la lengua en un dibujito animado y en un reality show. Rastros de carmín que me guían por la buena senda, que no me dejan caer en la tentación de pensar que el glamour será otra oferta irresistible en la vidriera de un centro comercial. En todo caso, nada más glam que Gardel cantando "Yira yira". Con los brazos abiertos. Y los ojos pintados.

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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