Un homenaje a Yupanqui que también es un tributo a Hendrix & Prodan. Las penas de nosotros aúllan voodoo child y se pelan por su trabajo. Madrugada de martes en Cosquín, iluminada por relámpagos que no necesariamente suponen lluvia. Hemos bebido la sangría nevada. Hemos cenado el choripán y el locro. Estamos disfrutando como corresponde de esta expedición a la capital nacional del folklore. A medida que arrecie la cerveza, veremos surgir al gauchaje por las calles, gente de poncho y sombrero que camina rumbo a la plaza, para no perderse el show de Divididos. Para poguear con "Cielito lindo", como alguna vez nosotros mismos pogueamos en Varsovia. Para gritar al 38 como alguna vez nosotros mismos gritamos en el Estadio del Centro. Para preguntarte qué ves como yo mismo le pregunté no recuerdo a quién en el Comedor Universitario. A las cinco y cuarto ya estamos lejos del suelo y del cielo. Y entonces, recién entonces, llueve. Llueve como en Woodstock.
1 comentario:
uy, divididos en el comedor universitario, JuanK... uhhh, qué calor, era irrespirable, parecía una tintorería, la tintorería del inferno, inolvidable,
qué año fue, juank?
slds
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