18 febrero 2008

En cualquier otra parte

Voy de paso por Alvear, provincia de Corrientes, cerca de la Yapeyú que aparece en los manuales de historia. Es sábado a la noche y estamos en un bar con mesas sobre la vereda. Comemos una pizza y tomamos una cerveza. Desde una ventana, el dueño del negocio esgrime su consola de deejay y nos hace escuchar aquellos viejos éxitos a muy alto volumen. El calor y los mosquitos son indisimulables. Pero la gente disimula. O está acostumbrada. Y todo transcurre como si se estuviera posando para que un pintor costumbrista cubra su tela. Mientras suena el megamix de Dr. Alban, el anfitrión se acerca hasta unas chicas que acaban de destapar una Coca de dos litros y empiezan a beberla sin agregarle nada. Ellas dejan de mandar mensajitos desde sus teléfonos y se disponen a la charla. El les habla de una vez que fue a Buenos Aires a ver un show de Michael Jackson. Al mismo tiempo, con un trapo, espanta a un gatito que merodeaba entre las piernas de los parroquianos. Llegan más noctámbulos. Nos aproximamos a la medianoche. Para que esto se constituya en una discoteca a cielo abierto, sólo faltaría que alguien baile. El deejay se percata del detalle y recurre al "Daddy Cool" de Boney-M. Una fórmula que desde hace 30 años sigue funcionando. Así en la tierra correntina como en cualquier otra very important parte.




No hay comentarios.:

¿Chat?

Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

EL FANZINE