08 mayo 2006

Dos puntas tiene el camino

Match Point/Woody Allen
En "La edad de la inocencia", Daniel Day-Lewis tenía que elegir entre Winona Ryder y Michelle Pfeiffer. Y elegía mal. En "Match Point", Chris tiene que elegir entre Chloe y Nola, pero no puede. Hasta que sí puede. El viejo Woody juega con dios a los dados, o al tenis, o a cualquier cosa en la que de alguna manera intervenga el azar. O sea, invita a vivir azarosamente. El viejo Woody aprendió hace rato a cinematizar. Pero la suerte no tiene nada que ver con eso que él hace. Cada encuadre, cada rictus, cada frase, responde a su mano experta y a su ojo avizor. Por ejemplo, cuando suena la ópera y nos devora el alma como una galletita. Entre otras, "Los pescadores de perlas", de Georges Bizet. También un triángulo amoroso. Y Enrico Caruso que canta sobre un delicioso recuerdo. Y el viejo Woody que nos obliga a repetir "Je Crois Entendre Encore" aunque nunca tengamos tiempo de seguir escuchando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"'No entender' era tan vasto que sobrepasaba cualquier entender -entender era siempre limitado-. Pero no-entender no tenía fronteras y llevaba al infinito... Lo bueno era tener inteligencia y no entender. Era una bendición extraña como la de tener locura sin ser demente". C. Lispector

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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