10 julio 2006

Mordiscón rutinario

Sursonic/Babylon
Tocar en Babylon. En la Babilonia donde el touch es toque. El trío Sursonic se las aguanta con los fans que esperan por Juana La Loca. Hacía mucho calor hasta hace un rato, cuando abrieron los grifos del invierno y dejaron la canilla sin cerrar. Se percibe una brisa que es como si mojara. Sursonic amaga con Duran Duran (All She Wants Is), dobla hacia New Order (World) y apunta a Joy Division (Love Will Tear Us Apart). Antes de que el amor nos destroce, la ansiedad nos habrá desguazado. Habrá rociado con su combustible cada una de nuestras partes y las habrá encendido. Al calor de ese fuego, los rostros volverán a enrojecer como si tuvieran vergüenza. A la luz de las llamas, las sombras crecerán hasta hacerse hombres. Gigantes sin carisma que disfrutan de andar deambulando por ahí sin saber qué los tiene apenados.

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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