20 agosto 2006

Contento como un chirigue

Paola Bernal/Pasionaria
Es posible, sí, es posible escuchar que alguien cite a Violeta Parra en la pista de baile. Paola Bernal y sus ilustres secuaces lo han dejado en claro. Pero está escrito que más tarde vendrá un DJ con una escoba así de grande. Y barrerá la tierradentro con pulso tan certero como desfolklorizante. Y nos empujará hacia un círculo concéntrico de telarañas. Y nos atrapará en pleno vuelo dejándonos exánimes. Lo que no está escrito, sin embargo, es el arroba hotmail punto com que me devuelva a ese rostro pálido. A esa chica que me ha confiado los secretos de su cartera, antes de que el set estalle. "Mi papá nos llevó a Brasil en el auto cuando yo tenía seis años". Fueron sus últimas palabras. Después, me miró con sus ojos sin techo y la noche se inflamó hasta cegarme. Recordé su nombre en el Cineclub Municipal, cuatro días más tarde, cuando Paola Bernal explicó con lujo de detalles las virtudes de la pasionaria.

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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