Cesó su actividad vital entre mis extremidades superiores/El Cuenco
No está bien visto tomar agua de un papagayo con olor a orines. Ni guardar la chata sin haberla limpiado. Ni asfixiar al padre en su lecho de muerte, después de utilizar su mano para masturbarnos. Pero como nadie las ve, ni bien ni mal, estas dos hermanas hacen lo que se les canta. Se desembarazan del Rey del Mambo mediante una serie de procedimientos descarnados. Son enfermeras, hijas, parricidas, vecinas que se indignan como las que salen por TV. Como las que bailan por un sueño y sueñan con un baile. Como las que rezan el rosario cada vez más rápido. Como las que ofrecen sus brazos para que vayamos a morir en ellos, aun sabiendo que jamás usarán nuestra remera de "No future" para vestirnos ya cadáveres. La obra ha terminado. Se levanta la tapa del cajón y el actor que hace de muerto se inclina ante los aplausos. Después de todo, reírse de estas cosas nos ayuda a ser humanos.
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