31 agosto 2006

El boxeador perfecto

Pablo Dacal/El Ojo Bizarro
A ver. A ver si alguien me discute que "There's A Light That Never Goes Out" es la mejor canción de los Smiths. ¿No es cierto, Pablo? Mirá, mirá cómo la estás cantando en castellano. Y cómo resumís en Chevalier lo que en Morrissey es "double-decker bus". Mi amigo Walter Ruben está peligrosamente para él muy cerca de la barra. Sigue siendo sábado aunque ya es domingo. Siguen siendo ochentas aunque ya hace rato transgredimos la barrera bíblica del 2000. Sabemos que todos los caminos conducen a la fiesta Bubamara. Pero qué bueno es disfrutar antes de esta languidez espiritual la mar de saludable. Lo dejo a Pablo charlando con Gonchi y le digo a Walter Ruben que ya está, que lo único que le faltó a Muhammad Alí para ser el boxeador perfecto fue saber cuándo retirarse. A la noche le quedan varios rounds. Salimos pero volveremos. Será muy tarde ya. Demasiado.

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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