20 diciembre 2006

Algo de Chichi Peralta

Raro esto de que presenten un libro mío sin que yo esté ahí. Pero bueno, quizá sea que no me banco la chapa de celebridad. El Living Bar estuvo congestionado durante un par de horas, según me relataron fuentes confiables. Empinaron el codo de Fino Pizarro a Sarlanga, de Nacha a las Neolinyeras, de Miguel A. Torade a Goeta, de DJ Conchita a los DJ Charlatans. Estos últimos, me aseguraron algunos allegados, prolongaron su agonía hasta las cuatro de la mañana. A esa hora, una chica que recién entraba y permanecía totalmente ajena al hecho literario, les pidió que pusieran "algo de Chichi Peralta". Sin saberlo, les clavó una daga por la espalda. Bien hecho. Ahora, ellos tienen tiempo de meditar lo que harán el 21/12 en El Ojo Bizarro. Sobre todo, pensar si les da la cara para, en mi nombre, seguir intentando seducir a adolescentes con la música que escuchaban sus padres. De la fianza, yo no pienso hacerme cargo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado JuanK: Llegué hace poco a Córdoba y luego de semanas de leer nada más que apuntes me dejé tentar por su libro (aún cuando en otra época hubiera sido de las que pedían "algo de Chichi Peralta")
En este tiempo, mi ejemplar de su libro -subrayado y resaltado- no sólo me divirtió y acompañó sino que se convirtió en una guía recreativa y de salidas nocturnas...
Ojalá tenga la oportunidad de conocerlo a Ud y a sus amigos Charlatans algún día. Y correr el riesgo de competir con Nacha, bajo una bola de espejos y al ritmo de la música que escuchaban mis padres...
Celebra su elocuencia y le desea éxitos y muchas noches para futuras crónicas,
Foxy Lady

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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