19 enero 2007
Mirada speed
2007 arrancó con la Fiesta Zoolander en Terrazas de Cofico. Puso primera, subió hasta el último piso y escuchó Sex Pistols. Con GAN al comando de la consola, la velada fue un descorche. Nadie oía el timbre, pero todos conseguían entrar con uno o dos vidrios bajo el brazo. Cuando las primeras luces del día iluminaran la escena, comenzaría el éxodo de verano. Hasta ese momento, las miradas procurarían estirar el adiós. Su trayectoria quedaría marcada por líneas de puntos. Por puntos de fuga que se habrían desenfocado. Por focos fuera de sí. Por objetivos perdidos que ya nunca podrían ser recuperables. Y un sentimiento de melancolía por el pasado que crece sobrealimentado de vicisitudes. Y por el futuro que, apenas llegue, desaparecerá. Así de rápido. Como esa mirada que una vez me partió el alma.
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