19 abril 2007

Distancias que salvar

Ojos de Brujo ha bajado hasta el Teatro Municipal Comedia. A media cuadra de allí está la confitería Real. A una cuadra y media, la Suiza Argentina. A miles de kilómetros, un califato barcelonés desde donde ha partido esta gente. A mi alrededor, una turba dispuesta a batir palmas. A mi lado, una chica que no sólo quiere divertirse. A mi frente, una banda que con su música salva todas las distancias. Y sopla la arena de los relojes. Trae a la vida a mi abuelo murciano que cantaba jondo. Desfusila a Lorca para que el Guadalquivir se llame Suquía y aggiorna a Merimée para que el paseo Sobremonte tienda su fuente a la cigarrera Carmen. Cómo nos vamos a acordar de esta noche más adelante. Porque más adelante suele ser más atrás en este mundo que no suelta el rewind aunque pretenda un fast forward. Y porque el calor del desierto nos arrastra hasta la Andalucía de la Nueva Córdoba, donde un millón de cuadrillas tapan los pozos con petróleo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sabelo JC, sos groso

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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