Sí, claro que le entrego mi respaldo a esta jam session en 990. Nínfulas embotadas recorren el lugar, algunas de ellas de la mano de sus correspondientes sátiros. Es Lo Que Hay, la banda estable, me recibe con algo de Charlie Parker. Parker, el perseguidor de Cortázar. El mismo al que le decían "Bird" por lo bien que bibopeaba. Parker, muerto de un infarto a los 35, en incumplimiento del deber. El mismo que hacía llorar hasta a un sepulturero cuando tocaba "Laura". Parker podría estar ahora -por qué no- acodado en la barra, charlando con una bella estudiante de Bellas Artes. Pero su gorjeo se acalló hace más de 50 años en la casa de la Baronesa Pannonica de Koenigswarter. Y esta noche, al costado de las vías que alguna vez recorrerá el tren bala, su música demuestra que el corazón le estalló menos por la heroína que por la urgencia de eternidad.
29 abril 2007
Pump Up The Jam
Sí, claro que le entrego mi respaldo a esta jam session en 990. Nínfulas embotadas recorren el lugar, algunas de ellas de la mano de sus correspondientes sátiros. Es Lo Que Hay, la banda estable, me recibe con algo de Charlie Parker. Parker, el perseguidor de Cortázar. El mismo al que le decían "Bird" por lo bien que bibopeaba. Parker, muerto de un infarto a los 35, en incumplimiento del deber. El mismo que hacía llorar hasta a un sepulturero cuando tocaba "Laura". Parker podría estar ahora -por qué no- acodado en la barra, charlando con una bella estudiante de Bellas Artes. Pero su gorjeo se acalló hace más de 50 años en la casa de la Baronesa Pannonica de Koenigswarter. Y esta noche, al costado de las vías que alguna vez recorrerá el tren bala, su música demuestra que el corazón le estalló menos por la heroína que por la urgencia de eternidad.
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Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.
EL FANZINE
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