Nazarena Vélez/Keops
Alguna vez escuché a Prince, INXS, Duran Duran en esta misma pista donde hoy reinan el reggaeton y la cumbia. Ni un remix de Primal Scream logra que el encanto vuelva. En el VIP, alguien apretó pause y la película se congeló en una escena sin vuelo. Las promotoras y las bailarinas de revista manejan el control remoto pero no encuentran el play. Saboreo un espumante, una copa de champán, un fernet, un speed con vodka. No entiendo cómo a este santuario de la juerga le cuesta hoy distinguir entre el Negro Olmedo y Rolo Puente. Entre Nazarena Vélez y Silvia Pérez. Entre arrojarse al vacío y caer. Mucha tanga, mucho encaje, mucho rojo y negro. Mentes que creen liberarse, cuerpos que se asumen. Una promesa de coito sin garantía, como dice Milan Kundera. Porque el coqueteo es un juego amoral, ni malo ni bueno. Su condena o libertad está en el uso que le demos.
Foto: Charly
1 comentario:
Al fin alguien que nota la diferencia entre la diversión bizarra de los 80/90 (que nos supo acunar -y ahogar- en sus rokanrolescos brazos) y éstas fiestitas plagadas de putillas y "tineiyers" lookeados retro con gorritos rasta y lentes rosados! Se trata de de la profanación de nuestros santuarios. Una vez estuve en una fiesta en la pirámide en la que Charly hizo cerrar las puertas y convirtió el boliche en un gran VIP y convidaba alegremente de su bandeja de plata personal.
En aquellos días un largo beso era una garantía de sexo sin amor. Ahhhhh que épocas!!!
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