"Misales"/Marosa Di Giorgio
Conocí a Marosa Di Giorgio por su obituario y gracias a las lecturas de Fernando Noy. Después, recién después, pude alcanzar su obra. Kundera la acusaría de que para pronunciar lo impronunciable, lo poetiza. La trataría de "poco libertina". No creo que eso le reste un gramo de grandeza. Al contrario. Resulta fácil referirse a las cosas por su nombre. Al proceso de cambiarles la denominación, cuestionarles lo esencial, separarlas de su carozo, se lo define como poesía. Hasta el Divino Marqués lleva a su Dolmancé al colmo del lirismo cuando, dirigiéndose a Eugenia, le hace decir: "abandonad todos vuestros sentidos al placer; que sea el único dios de vuestra existencia". En "Misales", el placer recorre más variantes que en el Kama Sutra. La sensualidad de esas doncellas conmueve hasta a un tatú, a un gato o a un árbol. Lo poético, al fin, pone al descubierto que también el libertinaje tiene límites. Fronteras que Marosa Di Giorgio atraviesa de un plumazo, para ingresar en una zona donde Sade, por ajustarse sólo a lo que marca el instinto, jamás se hubiera atrevido a trasegar.
1 comentario:
nunca fue mi fuerte la lírica.
puede ser que no sea lo suficientemente inteligente para saber como sentirla... pero mejor asi!
Sin Tía!
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