20 febrero 2007
Excedente
"¿Las modelos?", pregunta a las siete de la tarde una chica de jeans encantadores. Sobre la plataforma de madera, en una península del lago, velamos el desfile ya concluso con una catarata de champán. Hasta que Zeta Bosio se levanta y pulsa el timón de las bandejas. Hasta que Martín Huergo pasa y nos inscribe en la lista de Zebra. Hasta que a las nueve de la noche saludamos con una reverencia al bajista calvo que ha pinchado Faithless en el Parador Las Rosas. Y nos vamos a la Capital Nacional. En Cosquín nos espera, de pie, un locro. Antes de que termine el festival, se hará oír Mercedes Sosa. Y todos unidos triunfaremos. Hasta que viajemos a Zebra en un suspiro. Hasta que suspiremos por las beldades que lucen contentas. Hasta que nos contentemos con vivir como se pueda. Si cada paso es una exageración, ¿qué haremos al amanecer con todo este excedente?
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