19 febrero 2007
No valía nada
Pedazo de galpón por la cabeza de Satoshi Tomiie. Tan grande como Villa Retiro, el Polideportivo Carlos Paz se viste de seda. Para nada original el Vip allí encima de todas las cabezas. Como si una alfombra roja tapizara el camino de acceso, las luminarias entran y trepan hasta sentirse exclusivas. Del intendente local a Emilia Attias. El fenómeno japonés de la electrónica, ajeno a toda claque, pulsa teclas y sonríe para la foto. Mi amigo Walter Ruben dialoga con Georgina Bardach. Pequeñas botellitas burbujeantes se mezclan con speed en mi garganta. El cuadro es tan cinematográfico, que mientras los títulos barren la pantalla, un caco desliza su mano en mi bolsillo y se lleva la billetera que allí se alojaba. ¡Cuántas interpretaciones metafóricas se corresponden con esa imagen! Por la autopista, con la cupé a velocidad máxima, califico como mediocre al film de marras. Y me complace asociar este robo con aquella vez que me punguearon la ilusión, por su evidente simetría. La billetera sólo tenía 50 pesos. La ilusión, ahora que lo pienso, no valía nada.
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