"Ro... Ro... Ro... Ro....", repite un eco en los rincones del Luna Park. No es la Tota Santillán sino un símil caribeño el que toma el micrófono e introduce al combo de Gregory Isaacs + Yellowman en la escena. La platea arde. El campo humea. Los músicos hierven. En la fría noche de Buenos Aires, una usina de calor que responde al título de Bob Marley Day está vertebrando las columnas mercuriales hasta cocinar la fiesta. Gregory Isaacs camina el escenario como un Manolo Cánovas sin pandereta. Pero es el mentado Yellowman quien se calzará la bata del Potro. "The King", repite el presentador mientras el cantante albino sacude sus pectorales como poseído por un demonio blanco. Y Yellowman correrá de acá para allá, se consagrará como el gimnasta del dancehall, trasladará a Jamaica la casa de John Denver. Y el fantasma de los nobles cuarteteros se unirá con el espíritu de algún buffalo soldier. Y juntos nos harán bailar hasta que el cuerpo sea para nuestras piernas algo muy difícil de sostener.
16 mayo 2007
El Potro Albino
"Ro... Ro... Ro... Ro....", repite un eco en los rincones del Luna Park. No es la Tota Santillán sino un símil caribeño el que toma el micrófono e introduce al combo de Gregory Isaacs + Yellowman en la escena. La platea arde. El campo humea. Los músicos hierven. En la fría noche de Buenos Aires, una usina de calor que responde al título de Bob Marley Day está vertebrando las columnas mercuriales hasta cocinar la fiesta. Gregory Isaacs camina el escenario como un Manolo Cánovas sin pandereta. Pero es el mentado Yellowman quien se calzará la bata del Potro. "The King", repite el presentador mientras el cantante albino sacude sus pectorales como poseído por un demonio blanco. Y Yellowman correrá de acá para allá, se consagrará como el gimnasta del dancehall, trasladará a Jamaica la casa de John Denver. Y el fantasma de los nobles cuarteteros se unirá con el espíritu de algún buffalo soldier. Y juntos nos harán bailar hasta que el cuerpo sea para nuestras piernas algo muy difícil de sostener.
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Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.
EL FANZINE
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