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Mientras todas quieren parecer princesas, Fiona es feliz siendo una ogra. Mientras todas quieren al principe encantador, Fiona se ha enamorado de Shrek, que dista mucho de serlo. Y así, Cenicienta es una fregona insufrible, Rapunzel pierde su pelo, La Bella Durmiente... duerme. Sólo Fiona permanece cuando las demás caen por su propio peso. Sólo Fiona sabe en qué consiste la verdadera belleza. ¿Qué efecto provocará esta fábula en las próximas generaciones? ¿Habrá cada vez más chicas que se afeen para gustar? ¿Buscarán las futuras veinteañeras al ogro bueno entre cuyos mejores amigos se cuenten un burro y un gato con botas? En la segunda parte de la saga, cuando los personajes principales mudaban su aspecto de ogros a príncipes y viceversa, se escuchaba "Changes". Una canción en la que David Bowie dice "Time may change me/But I can't trace time". Si los tiempos cambiaron, ¿por qué las princesas debían seguir siendo tan insoportablemente estúpidas como lo fueron siempre?
1 comentario:
de acuerdo...una princesa caracteriza hoy y la hace perdurable su fortaleza interior, se acabaron las barbies que no se la bancan. Y así sigue vigente el concepto punk en la escencia de las cosas, no JuanK?
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