11 agosto 2007
Locomotion
Arriba, en el tele, Locomotora Oliveras le gana por puntos a una boxeadora brasileña. Abajo, sobre la mesa, los lomitos de pollo desaparecen por obra y gracia de la gula. Esto es Argüello, señores. Por aquí pasó Ciriaco Ortiz. Y también El Potro. Pero del boliche del Santy tenemos que viajar sin escalas hasta Unquillo, tenemos que llegar hasta Papaíto, tenemos que acodarnos en la barra del Langosta. Porque el Langosta, como el Santy, es un gran anfitrión. Y porque en Papaíto habrá una fiesta feroz. May encenderá la llama. Tocará Lexdínamo mientras Fernando Caballero bate el parche. Asumirá Cristóbal Paz los comandos que hay que accionar para que la gente baile. Y nos quedaremos a vivir allí, al calor de los tragos, a la espera de que el Tren de las Sierras recupere el chucuchucu. Hasta que el jurado falle y sepamos quién gana en este combate. Si el peso mosca de nuestras hidalguías. O el peso pesado de que la desazón nos acobarde.
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