29 septiembre 2007

Reverendísima fiesta

Puedo identificar a ese teclado como salido del centro de la tierra gracias a Rick Wakeman. Puedo asociar esa voz a las proclamas del pastor Black Grape. Cuando todo se funde en una misma canción, llamada "Jellybean", recién entonces me fijo con detenimiento en el nombre de lo que suena en el Windows Media Player. Y compruebo que es el track uno de "Uncle Dysfunktional", el disco que sacaron los Happy Mondays este año. Deduzco que 2007 será recordado por el regreso de esta banda fiestera después de 14 años sin nuevos registros. Y por la muerte de Tony WIlson, el organizador de esa fiesta. Hace 20 años, en Madchester, ellos eran los reyes del mambo. Y después de escuchar esta versión actualizada de su canto de sirena, no puedo menos que arrojarme al mar sin medir las consecuencias. Si alguna duda me quedaba de que volver así valía la pena, al llegar al tema "Cuntry Disco" la bruma de la intriga se disuelve porque no le sienta. "Anti Warhole On The Dancefloor" es la pieza que los engarza con el panorama de la música que hoy aparece en todas las postales. Y allá va Shaun Ryder, presa de un reverendo reviente, ya sin padre ni madre ni perro que le ladre, cantando letras tan explícitas que los niños no pueden escucharlas... en presencia de sus padres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si pudiese elegir un tiempo...principios de los ochenta en adelante.
Si pudiese elegir un lugar...Manchester.

Solo así pueden existir lunes felíces.

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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