Una noche de éstas fui a una fiesta de egresados. Departí en la mesa, me presté a las fotos, dejé que los mozos llenaran mi copa una y otra vez. El salón lucía como un decorado de Hollywood. Por un momento volví a aquella celebración de 1979, en Stäkel. Pero no fue más que un instante. El DJ me sacó del embeleso a fuerza de Depeche Mode. La versión Flatpack de "Sweet Child O'Mine" me encontró en la pista de baile, de cara al presente, solidarizado con la danza que escondía su origen tribal debajo de las más lujosas vestimentas. Fui hasta la barra a buscar otro vaso de cerveza y ahí me crucé con el Gallego, uno de los que festejaba su egreso. Fumamos un habano y brindamos con champán por un futuro que, no sé por qué, supusimos menos incierto de lo que parece. Hasta que las chicas se confabularon para devolvernos a la pista. El reggaetón inducía a las caderas al meneo. Ocurrió una noche de éstas. Ocurrió aunque yo creía que era imposible volver a los 17.
1 comentario:
Por favor, por favor (mi amnesia es progresiva,como la música de los 17), recuérdeme dónde estaba STakel... ah, ya sé, en Núñez arriba... sí, ¿no?
Después de vivir un siglo, yo no volvería a los 17, la verdad, JuanK... ¿se acuerda de los milicos en el '79? ¿de salir con la fuckin' libretita verde oscuro de letras doraditas (de-ene-i) en el bolsillo, del miedo, menéndez y la perla?
mon dieu, ¡yo voto el 2008!
salud,
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