09 diciembre 2007

Patas para arriba



Trepo al N5. Y arranca otra road movie. Por apenas un cospel, recorro los montes menos piadosos de la ciudad en un viernes a la medianoche. Sacan boleto la fámula de franco y la chica que está por rendir su última materia. Vamos por la montaña rusa que ha construido el Suquía a lo largo de los siglos. Subo hasta la entrada al salón de fiestas custodiada por un patovica de moño negro. Bajo hasta el regazo de las señoras que toman fresco en una vereda de Villa Páez. Subo hasta el portal que da la bienvenida al barrio privado. Bajo hasta la ochava sin luz en una esquina de Providencia. Y llego al centro. El sábado es un bebé de 15 minutos de vida. Cuando me bajo, disparo mi bendición al auriga que hunde el asiento con sus por lo menos 120 kilos. Ha sido nuestro führer, nos ha conducido hacia un destino. Y allá va, con su nave de fibra, mientras los hinchas se inflaman de cerveza y ciertos mozos comienzan a poner a las sillas patas para arriba.

No hay comentarios.:

¿Chat?

Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

EL FANZINE