19 marzo 2008

¿Un mundo sin Dylan?

Hubo una vez un mundo sin Dylan. Hasta que se lo oyó rasgar la guitarra por primera vez en un pesebre del Greenwich Village. Si se hubiese dedicado a cantar los premios de la lotería y no las canciones, el siglo veinte no hubiera sido cambalache, ni problemático, ni febril. Los Beatles no hubiesen avanzado un paso más allá de "She Loves You". Y la guerra nos sería indiferente. A la vuelta del camino, en un 13 de marzo de 2008, Dylan se nos revela en el Orfeo con su apariencia humana. Lo vemos los contemporáneos y los extemporáneos, todos al unísono. Pero Dylan se apresura a decirnos que no es él a quien estamos buscando. Claro que no. Yo voy en procura del que golpeó las puertas del cielo para que entre Billy The Kid. Y Alvin busca al que grabó Like A Rolling Stone, lo envasó en un disco y lo cantó bajo la púa de un Wincofón. Sin embargo, Dylan sabe que, en realidad, no fuimos al Orfeo para encontrarlo a él. Que cada uno fue para hacer el back up de su propia vida, en un mundo que sin Dylan jamás hubiese sido el nuestro.

2 comentarios:

Daniel O. Requelme dijo...

Juan Carlos:

Un placer que el azar me otorga al borde del recorrido por la pasión del blog.

Muy agradable el paseo


Daniel O. Requelme

Córdoba – Argentina

www.danielrequelme.com.ar

Eugenia dijo...

dylan kifki?

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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