15 junio 2008

Pánico en suspenso

No había forma de llegar. No había nafta, no había colectivos, no había esperanzas de que la gente se dejara de vaciar los surtidores y las góndolas de una vez por todas. Fin de semana largo sin poder viajar. Día del padre sin comer asado. Demasiado pedir para una burguesía chota y maleducada, que se rige por los parámetros tilingos del profesor Neurus (uno para ti, otro para ti… ¡mil para mí!). El país ardía porque los gendarmes apresaron a De Angeli. Pero el país no ardió hace apenas unos días, cuando la policía jujeña desalojó por la fuerza a manifestantes que reclamaban en la plaza de La Quiaca un incremento en los planes sociales. Escabio un vaso de vino a la salud de ellos en este sábado a la noche. El sábado a la noche en que se iba a presentar “Pánico!” en Villa María. Pero no. No había forma. No había nafta. Ni siquiera para armar la molotov que reviente todos los micrófonos y haga callar a los que monopolizan la palabra.


1 comentario:

Zero dijo...

Al pais no le interesa si cagan a tiros a unos jujeños... al pueblo le interesa que no toquen a sus figuras peleando por la causa que la tv te cuenta que es la justa...

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Lejos de la cercanía

Lejos de la cercanía
“Cuando vivís es extraño todo lo que sucede”, dice el amigo Martín Toledo en su novela “Proximidad”. Martín, el que cayó aquella noche de 2004 desde el escenario de Casa Babylon. El que regresó a la superficie con los puños llenos de literatura. Llanto de Mudo fue la editorial que recogió esa furia y la convirtió en un libro. Más de 160 páginas en las que se cronica un fracaso tras otro. Porque, ya lo señala el propio autor, “cuando se quiere ser feliz comienzan las equivocaciones”. Y allá vamos entonces, cayéndonos y levantándonos, durmiéndonos y despertándonos. Cada vez más lejos y cada vez más cerca de la felicidad.

EL FANZINE

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