17 mayo 2007
Victoria de los perdedores
Ahora que a los perdedores nos consideran hermosos, me veo en la obligacion de poner las cosas en su lugar. El que pierde siempre y sin atenuantes, no es el más loser. El peor es el que, cuando saborea las mieles del triunfo, sufre una derrota inesperada en el último minuto. Por ejemplo, el otro día, en un boliche de Recoleta, me encontré con la victoria entre mis brazos. Le convidé pastillas Halls, me invitó una caipira. La besé hasta quitarle la respiración, me deslenguó con sus mimos. Me aferré a su talle perfecto, tensé la curvatura planetaria de sus pechos, desandé el meridiano de su calza hasta llegar a las zonas menos erróneas. Me adoró las manos como se endiosa a un objeto de deseo. Le confesé que hace tiempo la estaba persiguiendo, me dijo no sabés cómo te quiero. Y así como no lo supe esa noche, poco después la victoria se me escapó y hoy se exhibe en la vitrina de trofeos de un ganador auténtico. Nosotros, los que sólo sabemos perder, ante una situación así nos reconfortamos por haberlo hecho bien otra vez.
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2 comentarios:
ja!!!!esas cosas pasan juanca...pero seguis siendo un campeon...
un saludo de tu vecino, desde barcelona
Amigo Maraddón, visitando el blog Bestiaria (bestiaria.blogspot.com) me encuentro con una descripción del estereotipo de "la fiestera", especimen con quien uno por estas tierras también se puede topar. Superficial, hueca y esas cuestiones.
Y ahí nomás me acordé de este blog, que cronica las noches desterrando el prejuicio del noctámbulo carente de literatura bolichera. Iba a comentarlo en el post, pero no creo que en Baires asocien el Ojo Bizarro más que con un defecto físico. Me fui silbando bajito y vine para acá a contárselo. Las cosas en su lugar. Un saludo.
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